martes, 9 de noviembre de 2010

Tu Propia Cárcel

En muchas otras entradas he comentado que el pensamiento es creativo. Lo que pensamos es lo que define nuestra realidad prácticamente para todo.

Lo malo es que el pensamiento puede crear lo que sea y, como de costumbre, es más fácil crear cosas malas que buenas.

¿Te has puesto a pensar que es lo que crea tu cabeza? Eso que piensas durante la mayoría del tiempo es lo que más influye en ti y en todo lo que te pasa.

Un ejemplo muy pintoresco pero representativo son los fanáticos de cualquier equipo deportivo. No importa que tan mal vayan, ellos siempre los apoyan y llegan a los golpes con tal de que nadie se meta con su equipo.

De la misma manera y con la misma pasión puedes crear una cárcel para ti y los que te rodean.

Esa cárcel que te mantiene en el mismo lugar porque te muestra barrotes impasables: no tienes dinero, no tienes talento, no tienes belleza, etc.

Es irónico que la gran liberadora del ser humano, su mente, también pueda ser su máxima carcelera. Y lo peor de todo es que tú tienes la llave.

Puede haber mil cosas que no puedes controlar pero hay una que sí: la forma en la que piensas. Puede llover, temblar o pasar lo que sea, pero tu mente siempre está en tus manos.

Dependiendo de cómo veas las cosas, es posible que tu mente te mantenga para siempre en el mismo lugar o que te de alas para ir a donde quieras.

La decisión es tuya. Contrario a lo que dicen muchas personas, cualquier persona razonablemente sana puede cambiar su forma de pensar.

La forma en que piensas va a decidir tu destino y tú tienes el control sobre tu pensamiento, nadie más. ¿Ya decidiste que va a pasar?

jueves, 4 de noviembre de 2010

Solo Trabajando Más...

Uno de los sueños de todo mundo es ganar mucho dinero sin trabajar. Todo mundo envidia al jefe que se la pasa en reuniones, en el golf y en restaurantes mientras ellos se matan trabajando para que la empresa suba.

Aunque no tiene caso negar que también quisiera ganar mucho dinero sin trabajar, ya sé que eso no pasa; al menos no a la mayoría de la gente.

Sí, hay algunos que tuvieron la suerte de tener los padres correctos o nacer bonitos y todo se les facilita, pero la gran mayoría de la gente no tiene estas ventajas y, aún así, logran el éxito.

Si ves revistas de ricos y famosos verás que algunos no son precisamente muy agraciados físicamente, no hablan bonito y tal vez ni siquiera se ven muy listos.

La diferencia entre ellos y los demás es que están dispuestos a trabajar más. El jefe podrá parecer lo más descansado del mundo, pero es común verlo a altas horas de la noche solucionando problemas.

Para llegar a donde están tuvieron que pasar por meses o años de trabajo continuo, sin descansos ni vacaciones, y sacrificar lo que muchos de nosotros tenernos cuando llega la hora de salida.

El premio por todo ese trabajo extra es ganar mucho más dinero que la mayoría de las personas.

Claro que solo el hecho de trabajar no basta; hay quienes trabajan mucho más que todos y no parecen levantar vuelo, pero, aún cuando existe el trabajo inteligente, la realidad es que hay que trabajar más que los demás para llegar arriba.

Mientras no tomes la decisión de dejar lo que te gusta por lo que tienes que hacer, dudo que tengas alguna oportunidad. ¿Quieres saber que tienen en común los que no son jefes? Todos se van a la misma hora.

Si quieres cambiar eso, primero vas a tener que empezar a pagar el precio del éxito con trabajo. Ni modo, al menos en este mundo, las cosas son así. Claro que siempre está la lotería…

Empieza hoy a hacer algo al respecto. Esa actitud es la que te llevará arriba y, después de un tiempo, podrás disfrutar del estilo de vida que ahora solo envidias.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Hay Que Hacer Tiempo

“Nunca encontrarás tiempo suficiente para nada, tienes que crearlo”
Charles Buxton

Para lograr tus objetivos, cualquiera que esto sean, necesitas tiempo. Lo malo es que en estos tiempos tan acelerados parece que el día no alcanza para nada.

Apenas te levantas, haces un par de cosas y ya es medio día. Parecería que todavía tienes tiempo de sacar algunas otras cosas pero haces un par más y ya es de noche. ¿A dónde se fue todo el día?, te preguntas.

Tu situación no es distinta de la miles o probablemente millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, el “no tener tiempo” rara vez es una buena excusa.

La cosa es que el tiempo es el mismo para todos y hay quienes siempre parecen tenerlo para cualquier cosa que se les ocurre.

La buena noticia es que puedes hacer lo mismo, pero vas a tener que dar algo a cambio, como no ir al cine una tarde, no salir el fin de semana o dejar de ver algo por la televisión.

Como de costumbre, la pregunta es: ¿Vale la pena el esfuerzo? Esa respuesta solo la tienes tú. Si lo que quieres lograr te va a hacer más feliz en el futuro, creo que hay que contestar que sí.

La idea principal es que vas a tener que dar algo en el corto plazo (tu diversión, socializar, etc.) para tener algo que los demás no van a tener en el futuro.

La gente más exitosa es la que piensa y planea a largo plazo. La gente que no lo es tanto es la que se enfoca en la gratificación inmediata.

Por desgracia es la mayoría de la gente la que se enfoca en obtener recompensas inmediatas y se embarca en un comportamiento que les traerá problema y frustración en el futuro.

Si estás en esta situación, empieza a pensar un poco en la siguiente semana, el siguiente mes o, incluso, en los años venideros. No es fácil, pero verás la diferencia muy pronto.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿Que Sueño Estás Persiguiendo?

Una de las cosas que haces todos los días es seguir tus metas. Cada día que vas a trabajar o a estudiar te acerca a algo que quieres lograr.

Al menos eso es lo que debería ser para todos. ¿Qué puede ser mejor motivador que el lograr un sueño o meta que siempre has querido?

Sin embargo, a veces esto solo lleva a amargura, frustración y la sensación de estar perdiendo el tiempo.

Si te sientes así, tal vez no estás siguiendo la meta correcta.

¿Y esto que quiere decir? Básicamente que no vas detrás de lo que realmente quieres. Por ejemplo, Juan M. entró a trabajar como abogado a una firma privada, a pesar de que siempre quiso participar en causas ambientales.

Aunque tuvo oportunidad de entrar a organizaciones ambientales, el dinero no era suficiente como para solo dedicarse a eso.

Así que todos los días va a trabajar a su firma privada. Gana buen dinero pero preferiría poder estar haciendo otra cosa.

Aquí las circunstancias dictan lo que vas a tener que hacer. Ni modo, a veces quisiéramos tener algo mejor, pero hay que hacerse responsable de los hijos, la casa, las deudas y otras cosas.

Otra más: Martha L, a pesar de tener grandes aptitudes para el baile y haber estudiado durante años, termina la carrera de administración de empresas y entra a trabajar para conocer el negocio de la familia, que eventualmente quedará a su cargo.

Aunque no puede quejarse de cómo le va, preferiría estar haciendo audiciones y bailando profesionalmente. Yo la he visto bailar y es realmente muy buena.

¿Qué metas estás persiguiendo? ¿Las que te dictan las circunstancias, las que los demás quieren para ti o el sueño que siempre has tenido?

Algunas de nuestras malas actitudes vienen por no estar detrás de lo que realmente quisiéramos.

Así que si no estás siguiendo tus metas, primero fíjate porqué y después traza un plan para casar tus metas con las que ya estás siguiendo. Suena difícil, pero es más simple de lo que parece.

Solo hay que tener prioridades y pensar un poco en ti. Sí, hay que considerar a los demás pero, si no nos consideramos un poco nosotros, ¿Con qué ganas vamos a hacer lo que hay que hacer?

lunes, 1 de noviembre de 2010

En La Otra Vida

Una de las cosas que se manejan en varias religiones es que todo el sufrimiento que tienes en este mundo se te compensará “en la otra vida”.

Vaya expectativas… ¿Significa eso que solo puedo esperar lo peor en este mundo para poder tener algo que valga la pena en el siguiente, sea como sea?

Esta ha sido la base para que muchos líderes se aprovechen de las ganas de “comprar” sacrificio para poder tener algo mejor en el más allá.

Esto es, en el mejor de los casos, una total contradicción. Si una persona es buena, generosa y ayuda a los demás, ¿no sale sobrando si es rica o no?

¿Se supone que alguien, para tener algo mejor, debe ser pobre y pasar por muchos sufrimientos? De acuerdo a muchas escuelas de pensamiento y religiones, lo que vale son las acciones y, en algunos casos, el arrepentimiento y la reparación de daños.

Tristemente, cuando se habla de esto, todo mundo dice que para ir al cielo hay que ser “humilde”. Sin embargo, ser humilde no significa (ni por asomo) ser pobre o sufrido.

Así que prefiero hacer las cosas para tener recompensas en esta vida. Soy básicamente una buena persona. No robo ni mato, respeto las reglas, cuido a mi familia, ayudo a mi prójimo y pago mis impuestos.

El hecho de que no esté muriéndome de hambre no debe tener ningún efecto en lo que vaya a tener cuando haga mi check out.

No importa que ganes todo el dinero que honestamente puedas sacar ni que lo ahorres y hagas buen uso de él. No importa si vives en castillo y duermes con sábanas de seda.

De hecho, pienso que todo mundo debería estar siempre buscando la manera de vivir mejor. ¿No se supone que por eso evolucionamos?

Así que yo me olvidaría de los que dicen que mientras más sufres ahora, más feliz serás en tu nube. Si ya tenemos una nube aquí, ¿para qué esperar a la huesuda para llegar a un lugar mejor?