miércoles, 31 de agosto de 2011

La Desesperación Puede Ser Tu Amiga

Y en cierta forma lo es desde el principio. Si estás en tus 20s, es probable que seas una persona desesperada. Si todavía estás en tu adolescencia, todavía peor.

Y conste que no está mal… no hablo de la desesperación que algunos tienen por no tener dinero, no tener trabajo o que la novia les ponga el cuerno; es la desesperación por ser algo.

En nuestra juventud todos estamos desesperados por algo. Tenemos la desesperación por terminar la escuela, tener trabajo, tener dinero, que nuestros padres estén orgullosos, que la niña de la otra casa se fije que guapos somos… Escoge la tuya.

Es esta desesperación la que nos lleva a hacer cosas inteligentes, atrevidas, extravagantes y, a veces, francamente tontas, pero de todos modos las hacemos.

En todos esos tiempos no parece importar todas las cosas que tenemos en contra.

Sí, tal vez terminamos la escuela, pero también terminaron cientos de otros profesionistas que también quieren trabajo. Y eso no nos asusta para ir a entrevistas y aplicar a cientos de solicitudes.

La niña de moño azul que tanto te gusta tiene varios pretendientes pero de todos modos te lanzas.

Sin embargo, conforme pasa el tiempo, parece que la desesperación se acaba. Llegamos a tener un cómodo ir y venir rutinario que nos quita las ganas de buscar otras cosas.

Nadie está más interesado en conseguir un nuevo trabajo que aquél que no lo tiene. Nadie está más interesado en ganar dinero que aquél con necesidad.

Pero, ¿por qué esperar a que nos esté llegando el agua al cuello? ¿No sería más fácil empezar desde ahora y no dejar pasar la oportunidad?

La comodidad es a todo dar, pero también nos puede estancar sin que nos demos cuenta. Con el tiempo perdemos la sana desesperación de lograr todo que tenemos en la juventud.

Y como siempre no es cosa de edad; es cuestión de actitud. Desespérate un poco como antes. Eso puede hacerte lograr muchas más cosas.




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