domingo, 13 de mayo de 2012

La lente con la que ves

Abundan los escépticos que aseguran que el pensamiento positivo, las afirmaciones diarias y la actitud no cuentan para muchas cosas. De hecho, la gran mayoría de la gente considera a los positivos como freaks, en el mejor de los casos, y como lavados del cerebro en los peorcitos.

No voy a negar que durante muchos años seguí esta misma tendencia y todavía soy escéptico para muchas cosas, pero la actitud y el cambio de mentalidad han demostrado, una y otra vez, que pueden afectar cualquier resultado.

Hace muchos años, en un torneo mundial de artes marciales, uno de los concursantes estaba a punto de llegar a la final. Cuando estaba preparándose para el último combate, el entrenador contrario le dijo “¿Para qué vas a ganar? Ni bandera traen…”, refiriéndose a que no estaba la bandera de México entre las que podían poner en el asta, ya que la delegación no la llevaba.

Su entrenador fue a preguntar y resultó que efectivamente, no habían llevado la bandera. Tal vez pensaron que no había manera de que alguno llegara a la final. El impacto psicológico fue tal que perdió miserablemente el combate, a pesar de su brillante actuación durante todo el torneo.

Si piensas que el otro le ganó porque era mejor, no fue así. Lo había vencido fácilmente en torneos anteriores y pasó a vencerlo fácilmente en torneos posteriores. No se enfermó ni se lastimó ni se “enfrió”: simplemente perdió su actitud ganadora.

En otra ocasión estábamos viendo un documental de cosas raras y apareció una mujer llena de piercings y tatuajes que la hacían irreconocible y, para mi gusto, bastante grotesca. Sin embargo, uno de nuestros compañeros dijo que “admiraba el arte que llevaba en su cuerpo”. "¿Pues qué no estamos viendo la misma cosa?", me pregunté…

En un partido de fútbol, cerca de la línea de meta, el portero salió y prácticamente tiró al jugador para que no anotara el gol. Yo, como el observador más objetivo (no le iba a ningún equipo ni soy tan fan del fútbol), pude ver que, aunque la jugada estaba muy cerrada, en la repetición se veía que las manos del portero iban más a la pierna del jugador que a la pelota, mostrando una intención de tirarlo.

Los dos fans contrarios, sin embargo, decían a gritos y con la cara roja, que “se veía que era una jugada limpia” y “ese mendigo portero ni tocó la pelota”, respectivamente.

“¿Pues qué no estamos viendo lo mismo?”, me volví a preguntar…

Tú visión de la realidad no está en tus ojos, está en tu mente. Así, un científico verá una aurora boreal como un hecho maravilloso por las fuerzas físicas y magnéticas que lo forman, un religioso dirá que es un milagro del creador y un nini ni siquiera levantará la vista de su celular.

Tu actitud puede cambiar la forma en que ves el mundo y lo puede hacer en segundos, como el karateca que perdió ese torneo (pero ganó muchos más, por cierto) o puede estar dentro de ti hasta la muerte, como los fans del fútbol.

La buena noticia es que solo tú tienes el control sobre eso. Aprender a manejar tu mente es la mejor manera de cambiar la forma en que ves el mundo y puede llegar a ser la única diferencia entre el fracaso y el éxito para ti.

Busca oportunidades, aprende cómo ganar dinero en Internet y empieza a cambiar tu vida. A fin de cuentas solo tienes una y la manera en cómo la ves puede hacer la diferencia. ¿A poco hay algo más barato que cambiar la mentalidad?

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