lunes, 21 de febrero de 2011

Tu Actitud y Tu Salud

Tu actitud no solo influye en el dinero que puedes ganar, las actividades que puedes hacer y el estado de ánimo que tendrás durante el día: también puede ser determinante en tu estado de salud.

Algo común en las personas enojonas, ansiosas o explosivas es que comúnmente sufren de trastornos estomacales, dolores de cabeza y la capacidad de ahuyentar a cualquiera que esté cerca.

Aunque algunas veces su actitud es consecuencia de alguna condición médica, en la mayoría de los casos es al revés.

Muchos ejecutivos se van de vacaciones y regresan, de acuerdo a sus propias palabras, “descansados, llenos de energía y listos para lo que sea”. Las vacaciones pueden tener este efecto en ti, pero muchas personas no las necesitan para seguir adelante con su vida.

Es cierto que tú nunca podrás controlar todo lo que pasa contigo y tu entorno, pero también es cierto que tú puedes controlar de qué manera reaccionas.

No puedes controlar los cambios de humor de tu jefe pero sí puedes reaccionar de manera distinta. No puedes controlar las variaciones de ingresos en tu negocio pero sí puedes prepararte para que no te afecten tanto.

Lo único sobre lo que tienes un control total es en tus pensamientos y estos terminan siempre controlando quién eres y porqué. Por desgracia, nuestro cuerpo también reacciona a todo esto y puede terminar sufriendo consecuencias que empiezan en tu cabeza.

No importa que tan mala actitud tengas hacia las cosas, siempre puedes cambiar. Esto empieza, como todo, con un pequeño paso pero ese pequeño paso te puede llevar a hacer cosas que nunca te imaginaste, empezando por la forma en que te sientes todos los días.


Controlar tu actitud es cuestión de tiempo y práctica. Un pequeño esfuerzo hoy, seguido de otro pequeño mañana te llevarán no solo a una vida más plena, sino a un cuerpo más saludable.

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