Probablemente has visto mil anuncios y campañas de organizaciones de ayuda que te piden dinero para muchas cosas.
Puede ser para un comedor de niños pobres, salvar a las ballenas o darle un hábitat a los osos panda.
Aunque cada organización tiene su propio promocional, muchas personas te dicen que “si ayudas a alguien, luego regresará a ti”
Muchos se burlan de esto pero la realidad es que es sentido común. Decía Zig Zigglar que para lograr tus metas solo tienes que ayudar al suficiente número de personas a lograr las suyas.
Eso pasa todos los días. Es probable que ayudes personas cercanas a ti porque alguna vez te ayudaron con algo, desde prestarte dinero hasta acompañarte a ver la TV.
Cuando ayudas a otras personas normalmente se corre la voz de que eres “una buena persona”. Eso te abre más puertas que tener título o inteligencia y creo que lo ves mucho en el trabajo.
¿Cuántas veces un tipo que parece no saber nada ocupa buenos puestos porque “le cae bien a todos”?
Claro que habrá personas que te seguirán tratando igual y hasta hablarán mal de ti aunque las ayudes pero, afortunadamente, la gran mayoría de la gente es recíproca.
Al ayudar a alguien echar a rodar una “maquinaria” que, cuando rueda lo suficiente, empieza a caminar a tu favor.
El cinismo ha crecido como nunca en estos tiempo. Ayudar a alguien sin esperar nada a cambio se ha convertido en ser “tonto” o “ingenuo”.
Me ha tocado viajar a ciudades pequeñas en donde esto todavía no llega. La gente sigue preocupándose por los demás y, aunque no les faltan problemas como a todos, las cosas parecen funcionar mucho mejor.
Aunque es difícil tratar de hacer esto con toda una ciudad, bien podemos empezar con vecinos y amigos. Tal vez no pase nada pero la experiencia me dice que te irá mejor.
Y si no, pues al menos ya tienes algo que echarles en cara…
No hay comentarios:
Publicar un comentario