martes, 18 de enero de 2011

Mientras Haya Vida

Mientras andaba de viaje visitando mi ciudad natal, me llegó una llamada de una de mis primas. Aunque no somos muy cercanos siempre nos llevamos bien y necesitaba que fuera con ella: su papá había tenido un infarto.

Fueron dos días sumamente largos. El señor, después de una larga vida de estrés y fumar como condenado, recibía la factura de sus excesos.

Lo peor de todo es que se medio recuperaba pero luego volvía a recaer con más complicaciones y esta subida y bajada era lo que estaba haciendo más estragos en la familia.

Mientras esperaba (que otra cosa se puede hacer en estas circunstancias), no pude evitar pensar en las mil cosas que dejamos para después.

Los hijos de mi prima pronto tendrían sus propios hijos y yo nunca los vi mientras eran niños. Mis tíos se veían mucho más cansados y viejos (bueno, quién no lo está…) y supongo que veían lo mismo en mí.

La frase aquí es exacta: El tiempo realmente vuela. Y es este tiempo el único que estaremos en la tierra.

Después de dos largos días, mi tío comenzó a responder. Cuando lo vi más recuperado regresé por fin a mi casa, aunque todavía pensando en que falta una larga recuperación para que vuelva a estar activo de nuevo.

¿Qué pasará con él? No lo sé. Realmente espero que se recupere y disfrute un poco más a sus nietos y posiblemente bisnietos (como mi abuela, que todavía está en la jugada).

En cuanto a mí, cambié algunas prioridades. Obviamente ganar dinero sigue siendo una muy importante o me muero de hambre, pero estoy haciendo más tiempo para visitas, llamadas telefónicas o reuniones familiares.

No sé qué tan cercana sea tu familia o si no tienes, pero no olvides que serán los únicos que darán un centavo cuando estés en la lona. La vida sigue, pero hay que tomarse un tiempo para los que nos importan.

Recuerda que el tiempo vuela…


No hay comentarios:

Publicar un comentario