domingo, 4 de abril de 2010

La Cima Siempre Está Lejos

En cualquier discurso de motivación o de negocios, escucharás que alcanzar la meta es como llegar a la cima de una montaña.

La comparación se usa para darle un poco de sentido a algo que tal vez no se vea tan emocionante o romántico como subir una montaña.

El subir una montaña sugiere un obstáculo y, mientras más alto esté, mayor es la distancia y la dificultad. Claro que también la meta hace la diferencia.

Nadie te aplaudirá por subir un cerro durante dos horas, pero puedes llevarte una gran ovación y hasta salir en las revistas si llegas a la cima del Everest, aunque te tome una semana solo el llegar ahí.

Mientras más lejos esté la meta, normalmente hay más recompensas; no solo dinero, sino mayores oportunidades.

Es normal que elijas metas más “alcanzables” para ir acabando cosas, pero no hay que olvidar que la cima cuesta trabajo y que es mejor hacer ese trabajo desde ahora.

No sé cuál sea la “montaña” que quieras subir. Tal vez sea la de tener una carrera, tener un negocio, ganar más dinero, llegar hasta arriba en el trabajo o aprender a tocar el piano. Lo que sí sé es que tal vez has postergado todo porque se ve muy lejos.

Hoy puede ser un buen día para empezar, aún cuando solo sea con el plan para llegar ahí. El tiempo no se detiene y créeme: la recompensa bien vale la pena.

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