viernes, 6 de enero de 2012

Camino al fin del mundo...

Dicen algunos “enterados” que éste es el último año que nos queda. Ya sea por las predicciones de los mayas, el calentamiento global o el aparente gusto que tenemos por darnos de tiros, no pasamos de diciembre.

Aunque eso puede ser un alivio para quienes tengan muchas deudas o estén aburridos de la vida, para los demás no es una perspectiva muy agradable.

Pero, en caso de que sea así, hay que empezar por aceptar que lo que pase este año no será porque viene el desastre, sino que será por lo de siempre: las malas decisiones que tomaste el año pasado.

Hoy está de moda echarle la culpa de todo a alguien más. Los psicólogos han sacado una enfermedad para casa cosa, que empieza siempre con “síndrome”.

Así, dentro de poco habrá “síndrome de tirar basura”, “síndrome de snob” y cosas parecidas.

Nos gusta hacer esto porque así podemos culpar de nuestras faltas a alguien más, ya sea una enfermedad nueva que descubrieron gracias a nosotros (que conveniente…) o a los dioses por no decir bien qué es lo bueno y qué es lo malo.

Todo eso es más fácil que aceptar, simplemente, que lo que estás viviendo ahora lo elegiste hace mucho, aún cuando no tenías idea en ese tiempo.

Así que éste año hay que empezar por tomar mejores decisiones. Tal vez sea hora de revisar tus propósitos. No siempre eliges los mejores la víspera de año nuevo; está la familia viendo y aparte hay muchas copas de sidra.

Pero ahora que han pasado unos días y puedes ver las cosas más fríamente, puedes elegir cómo mejorar tu vida de ahora en adelante.

Como de costumbre, lo que decidas en estos días será lo que vivirás el resto del año y, tal vez, lo que te quede de vida.

Así que elige lo mejor que puedas. Si se acaba el mundo, al menos te llevarás la idea de que estabas mejorando. Si no, estarás en camino para ser una mejor persona, tener un mejor trabajo, más dinero, etc.

Si no puedes ver el futuro, ¿qué caso tiene preocuparse? Mejor pensar lo mejor y pensar que estaremos por aquí un poco más. Eso siempre será mejor que sentarse a esperar la muerte.

El 2012 puede ser un año de destrucción total o un año como todos, con todas las posibilidades y el potencial de ser el mejor que has vivido. Como siempre, es cuestión de actitud.

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