lunes, 23 de enero de 2012

Buscando excusas para el éxito de alguien más


Hace algún tiempo comenté acerca de una conversación en la que un amigo estaba haciendo un negocio y no quería distraerse buscando trabajo (Hoy no me pongo corbata).

Eso fue hace poco más de un año, lo cual puede parecer mucho o poco, según quién lo está viendo.

De ese tiempo al presente las cosas nos van bien a los dos. Él ya tiene buenos clientes y su señora ya no se enoja cuando no se pone la corbata.

Yo ya no estoy haciendo mi trabajo de oficina y me dedico a ganar dinero por Internet. ¿Quién diría que las cosas saldrían tan bien al cabo de relativamente poco tiempo?

Las estadísticas no. De acuerdo a estas, 9 de cada 10 negocios truenan antes de los 5 años, la gran mayoría de estos antes del primero y no dejan ganancias.

Afortunadamente para nosotros, parece que somos ese negocio que sí prospera.

Y es aquí en donde todo mundo dice saca muchas de las excusas y racionalizaciones que utilizamos para explicar porqué el éxito de otra persona no puede ser posible para nosotros.

En mi caso, porque yo soy programador y porque yo sé cómo escribir.

Aquí hay algo de cierto… soy programador y, al igual que todos los que han pasado de tercero de primaria, también sé escribir.

Sin embargo, ser programador casi no me ha servido de nada para esto (no es necesario programar Blogger o Wordpress) y, aunque les agradezco el piropo, no me puedo llamar un gran escritor.

No he escrito ningún libro, novela o ensayo que haya sido publicado. Nunca he ganado ningún concurso que tenga que ver con escribir. Gané uno de modelado en plastilina y uno de deletreo, pero creo que no aplican.

Mi trabajo como escritor nunca fue reconocido en la escuela y tampoco mientras estuve trabajando. Aún ahora, que prácticamente vivo de escribir, no salgo en la tele ni me invitan como experto en los programas de chismes.

Así que eso de que “saber programar” y “escribes bien” no es precisamente la razón del éxito: es el trabajo.

Porque así como alguna vez trabajamos para nuestros patrones, así trabajamos para nuestros negocios. No sé él, a mí me costo trabajo ya que al principio no sabía cómo darme una patada en el trasero para ponerme en acción (cosa que mis patrones siempre supieron hacer...), pero con el tiempo aprendes.

Así que si tú estás pensando en que los demás tienen éxito, tú también puedes tenerlo. Solo es cuestión de que te animes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario