martes, 26 de abril de 2011

Excusas o acciones

Cuando se trata de hacer algo hay dos tipos de personas en este mundo: los que ponen excusas y los que no.

Hay quienes tienen una habilidad impresionante para poner cualquier excusa que los saque de la responsabilidad que tienen.

Tienen la tendencia de echarle la culpa al estado del tiempo, al gobierno, sus papás, sus maestros, la TV o la falta de súper héroes.

Los otros nunca ponen excusas. Esa gente rara vez dice algo. Simplemente entran en acción. Si las cosas no se han hecho, las hacen. Si salieron mal, las arreglan.

Esta gente siempre está en acción y es la que, generalmente, consigue el éxito en todo lo que emprende y si no, no le echa la culpa a los demás.

Todas las personas nacen con una habilidad parecida para poder hacer cosas. Aunque hay algunos que tienen grandes talentos y otros con muchas limitaciones, en general todos podemos hacer lo mismo.

Lo interesante es que nadie nace con el talento para inventar excusas: ese se adquiere con la experiencia.

A veces el no poder terminar con algo o cuando las cosas salen mal hace que pienses que alguien más tiene la culpa.

Mientras ves como todo se va al caño empiezas a murmurar en contra de la competencia, de la mala educación y de los extraterrestres que hicieron que todo saliera mal.

Eso es natural. Todos lo hacemos de vez en cuando. El problema es cuando esos pensamientos se convierten en razones que hasta tú crees y de pronto todo tiene sentido: no es culpa tuya.

Todos tenemos la misma opción todos los días: entrar en acción o inventar una nueva excusa. Todos podemos hacer lo mismo que los demás, solo que algunos inventarán algo para dejarlo para después.

La bueno es que está decisión no es definitiva, la tomas todos los días. ¿Qué decidirás hoy?

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