Suena hasta a chiste que haya que aclarar que el crecimiento personal empieza en las personas. Sin embargo, hay tantos malentendidos, inconsistencias y decepciones en estas ondas que es algo que hay que aclarar.
El famoso crecimiento personal es algo que todos tenemos dentro, pero que poco a poco hemos aprendido a olvidar. Y conste que no ha sido fácil: el crecimiento personal fue básico en nuestra supervivencia.
El cazador tenía que ser más rápido, más ágil, más valeros y más inteligente. Ser mejor no era cuestión de orgullo o autorealización: era cuestión de vida o muerte.
Sin embargo, hoy en día parece que nos alejamos más y más de aquél cazador que tenía que explotar todo su potencial para seguir vivo.
Ya no nos corretean los leones para comernos, ya no nos morimos de hambre en una sequía y la mayor preocupación que tenemos frente a nosotros es cómo pagar los recibos o conseguir algo de dinero para la siguiente fiesta o para el nuevo gadget que hay que tener.
La vida fácil, que es lo que el progreso nos ha dado, ha ido terminando con nuestro deseo instintivo de crecer personalmente, al punto de que a veces lo olvidado por completo.
Y es en este estado apático hacia nuestro propio crecimiento que podemos ver por qué tantos métodos, cursos, gurús y demás no tienen resultados cuando se trata del crecimiento personal: la persona no tiene interés en crecer. Tú no tienes interés en crecer.
El mejor método para “lograr tu potencial” o “despertar al gigante interior” no tendrá ningún efecto si no has tomado la decisión de salir de donde estás.
Hoy las empresas emplean a muchas personas y consultorías para “dar crecimiento a sus empleados” y muchos de estos programas no tienen ningún efecto positivo simplemente porque los empleados no le ven el sentido. “¿Para qué hacer estas ridiculeces?” parece ser el sentimiento general con estas cosas.
Lo más importante es que, durante siglos, quienes han querido crecer lo han hecho. Sin programas de coaching, sin seminarios de autoayuda y sin audios o videos en un iPhone. Quienes buscan ser algo más de lo que ya son, simplemente encuentran la manera.
A quienes no les interesa, difícilmente lograrán cualquier cosa, aunque estén inscritos en el mejor programa o tengan al coach de las estrellas. La decisión tiene que venir primero de la persona más importante: tú. ¿Ya la tomaste?
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