sábado, 16 de junio de 2012

Entrena tu mente para lo que quieras


A lo largo de mi vida he conocido mucha gente. Cada quién es distinto es su forma de ser y en sus capacidades, pero hay algo en lo que todos los humanos somos muy parecidos, aunque lo neguemos categoricamente: la capacidad de nuestra mente.

Claro que hay quienes tienen el cerebro más desarrollado por años de práctica y entrenamiento, pero, a menos que tengas una lesión cerebral o sufras algún tipo de discapacidad mental, tú tienes más a menos la misma capacidad mental que la gran mayoría de la gente.

Aquí es cuando todo mundo voltea a verme como si estuviera loco y me dice, categóricamente, que no es cierto. Y en realidad así parece ser. Hay quienes parecen aprenderse las lecciones de la escuela en minutos y nos hacen quedar mal. Hay otras personas que saben muchos idiomas, nunca se les olvidan los nombres de los demás o se aprenden fácilmente las estadísticas del fútbol.

Hasta hace poco yo era de la misma idea. Quienes podían leer en chino o ganar siempre en el “memorama” eran personas con algún don especial.

Sin embargo, conforme fui leyendo más cosas y aprendiendo nuevas técnicas, me vi en la necesidad de cambiar de idea, aunque tuviera que ir contra lo que he creído toda mi vida.

¿Por qué? Porque viví la evidencia en carne propia.

Si algo soy es olvidadizo. Mi esposa dice que soy inteligente pero que parece que tengo la memoria de teflón. Olvido fechas de cumpleaños, aniversarios, nombres, encargos y mil cosas más. De acuerdo a muchos, no olvido la cabeza porque la traigo puesta.

En fin, una de las cosas que siempre hago es escuchar audiolibros cuando voy manejando. Creo que es la mejor manera de utilizar el tiempo muerto que pasamos todos los días mientras vamos en un automóvil, a veces durante horas. Bueno, si llevas compañía es distinto, pero puedes aprender muchas cosas mientras te trasladas a tu trabajo, escuela o hasta a las fiestas.

Esta vez le tocó a un método para mejorar la memoria. La realidad es que solo lo comencé a escuchar por curiosidad ya que estaba bastante corto y solo traía un par de ejercicios. El narrador comentó una técnica para recordar cosas y retaba a que me aprendiera de memoria 10 palabras.

La verdad es que me dio risa. Eso solo lo podían hacer quienes tenían buena memoria y yo no era uno de ellos. Dijo las 10 palabras y luego retó a que recordara todas las que pudiera. Me acordé de 5 y sin un orden en particular. Nada mal para la memoria de teflón, ¿no?

Después de eso describió una técnica para recordar. En 5 minutos me había aprendido la lista de memoria y en orden. Mas sorprendido estaba cuando, de regreso de donde iba, todavía me sabía la lista. De hecho, todavía la tengo en la mente. En orden y sin problemas.

Desde entonces me aprendí otras 8 listas de 10 palabras y apantallé a mi esposa, a mi sobrina y a mis hijos cuando lo hice sin anotar nada y en muy poco tiempo. Desde entonces estoy con un curso en forma, para poder tener la memoria que hubiera querido hace tiempo y utilizar esto para mejorar mi trabajo, ambiente y mil cosas más.

¿Cuál es la moraleja de esto? Que no importa lo que te digan, si entrenas tu mente, bien puedes hacer lo que otras personas hacen. Solo es cuestión de saber cómo hacerlo. Aprender a tener buena memoria es genial, pero hay muchas otras cosas que están pendientes.

¿Cómo mejoraría tu vida si aprendes a utilizar bien tu cerebro? Es algo que pienso averiguar…

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