jueves, 17 de septiembre de 2009

Cuidado Con Tus Motivos

Yo no soy vegetariano porque ame a los animales...
¡soy vegetariano porque odio a las plantas!
Leído por ahí...

Cada quién tiene muchos motivos para hacer las cosas. Un amigo mío, que estaba bastante pasadito de peso, decidió un día bajar. Durante todo un año se la pasó cuidando su comida, haciendo ejercicio y tomando cosas de dieta. Al terminar, realmente estaba irreconocible. No solo no estaba gordo, también tenía una figura atlética y se había hecho fan del gimnasio.

Cada que lo veía me contaba como le iba y sonreía con anécdotas de los aparatos, ejercicios y demás ondas. Se veía mucho mejor y más contento. Cabe mencionar que también le iba muy bien con las muchachas. En fin, su vida cambió por completo y fue para bien. Hoy en día sigue haciendo ejercicio, sigue alegre y es una persona con la que cualquiera puede estar a gusto.

También conocí un caso igual. Una persona que estaba pasada de peso y que también hizo dieta y ejercicios hasta quedar atlético. Era, igual que el otro, fan de los gimnasios y se ejercitaba todos los días. Sin embargo, había una sola diferencia, que verás más adelante.

Mi amigo decidió, un día, cambiar para verse bien. Una de las cosas que hace reír acerca de él es que parece enamorado de sí mismo. Solo falta que se ponga en el espejo a tomarse fotos y que las cuelgue en su pared para admirarse.

En fin, ambos lograron el mismo resultado: un cuerpo atlético y una vida sana. Sin embargo, la vida del segundo era totalmente distinta. Las muchachas no duraban mucho tiempo con él y tenía muy pocos amigos. Yo traté de serlo cuando eramos compañeros de trabajo, pero también desistí.

En varias ocasiones se refirió a los demás como “inferiores” y gente que “no sabe” (por supuesto, yo estaba incluido en ellos). Tiempo después me enteré por un pariente suyo acerca de su historia. El también había estado pasado de peso y recibió, al igual que mi amigo, muchas burlas al respecto.

Con el tiempo, decidió ser atlético para “enseñarles a todos”. El resultado fue el mismo por fuera, pero algo totalmente distinto por dentro. A mi amigo lo movía el deseo de mejorarse a sí mismo y, porqué no decirlo, un poco de narcisismo. Al otro lo movía el rencor, la venganza, el odio o tal vez todas a la vez.

El resultado es que uno es feliz y hace lo que hace por gusto. El otro es una persona amargada que hace lo que hace por... tú sabrás qué.

¿Que te motiva a ti? ¿Realmente serás feliz cuando logres tus metas o terminarás en la amargura a pesar de lograrlas?

Hacer las cosas es bueno, pero hay motivaciones que no lo son. Tal vez sea bueno ver si vas a llegar a tu meta por la razón correcta o, en el caso extremo, tal vez te sea mejor quedarte donde estás. El chiste de lograr algo es la felicidad y sensación de logro que te da llegar a la meta y el reto mismo de hacerlo. Sin esto, perderás tu libertad por un objetivo y ser esclavo de algo, especialmente de ti, no te llevará a lo que todos buscamos: la felicidad.

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