lunes, 28 de septiembre de 2009

El Lunes, Un Día Para Empezar

“El lunes me pongo a dieta”, “el lunes empiezo en el gimnasio”, “el lunes...”

Parecería que el lunes es el día exacto para empezar todo. Aunque no deja de ser un día como cualquier otro, desde el punto de vista del calendario, normalmente le damos un significado especial de inicio. Tal vez sea porque es el primer día de la semana y es cuando empezamos a trabajar en lo que sea que trabajemos.

¿Que vas a iniciar este lunes? Ya es tarde, así que se supone que ya debiste haber empezado con lo que sea que te propusiste el fin de semana. Y es aquí donde está el peligro de los lunes.

Cuando no inicias lo que dijiste, normalmente dices “el lunes hago...”. ¿Porqué esperar hasta el lunes? Claro que tiene su implicación especial, pero no es necesario que los lunes empieces las cosas. Si lo que quieres es salir del lugar en donde estás, cualquier día es bueno para empezar, aunque sea dando el primer paso hacia tu meta.

Empezar el martes es lo mismo que empezar el lunes. Tal vez es una de las tantas razones “lógicas” que utilizamos para justificar que postergamos (otra vez) lo que se supone que debía empezar a sacarnos del hoyo.

Así que deja el lunes para el calendario. Si vas a iniciar algo, puedes hacerlo cuando quieras y sin necesidad de que pase “algo” como el lunes, el día primero del mes, el inicio de año o cualquiera de los “marcadores” que utilizamos para dejar para después lo que urge hacer.

Tu meta estará ahí siempre. Quién pierde el tiempo, a final de cuentas, eres siempre tú. Hay que dejar de echarle la culpa al lunes. Hay que dejar de esperar un día en especial para empezar las cosas. Simplemente hay que hacerlas. Eso será siempre más rápido.

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