jueves, 10 de septiembre de 2009

La Lección del Colibrí

"Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad,
un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad."
Winston Churchill

"Aprovecha la oportunidad en todas las cosas;
no hay mérito mayor."
Píndaro

En donde trabajo hay un pequeño espacio verde con árboles. No solamente dan sombra, sino que también hay algunos nogales y árboles de peras. La región no es precisamente buena para las peras, así que éstas son muy pequeñitas y se ven bastante feas, en comparación con las que puedes comprar en el supermercado.

En los árboles viven una gran cantidad de ardillas que se la pasan haciendo relajo cerca de las oficinas y también hay colibríes que visitan el área verde cuando hay flores. O eso pensé. Hoy en la mañana, mientras veía por la ventana, alcance a ver un colibrí. Me pregunté que hacía aquí ya que no hay flores en los árboles ni plantas con flores de ornato.

Movido por la curiosidad, observé sus movimientos y me di cuenta de que estaba sobrevolando el pasto verde. Dado que no son muy afectos a comer pasto, puse más atención y me di cuenta de que estaba comiendo de unas flores pequeñitas que apenas se veían.

Hay oportunidades que no ves porque no son "bonitas"

En el suelo había varias peras roídas por las ardillas. ¿Quién podría ponerles atención? Sin embargo, el colibrí terminó con sus vuelos sobre las florecitas y se puso a beber de la pera roída. Poniéndole lógica, era de esperarse; los colibríes beben el néctar dulce de las flores, así que la pulpa expuesta de la pera podía darle lo mismo o más que muchas de las pequeñas flores que había en el suelo.

¿Cuantas veces solo ves oportunidades en las flores? Aún cuando sean pequeñas, siempre quieres irte con lo bonito, lo que llama la atención y lo que te puede hacer ver bien. Es muy común, especialmente en estos días donde parecemos estar más ocupados en conseguir la aprobación de los demás que nuestro propio bienestar. Una pera roída no es bonita, no es agradable y ¡Que van a decir los demás!

Un personaje (no recuerdo su nombre) que hizo mucho dinero con el reciclaje, mencionó en una ocasión: “Sí, soy un empresario, pero también soy un recolector de basura glorificado”.

El mundo está lleno de oportunidades y hay miles de historias de éxito con personas que dejaron las obvias y “bonitas” para entrar en negocios rentables, aunque menos glamorosos. La imagen del éxito es la del ejecutivo con un traje caro y una oficina con amplias ventanas, cargando dos celulares y sin tiempo para otra cosa, pero a veces te niegas a ver al dueño de un expendio de frutas en el mercado que gana más dinero que él.

“¡Ash! ¿Yo hacer eso? ¡Ni cuando era pobre!” dicen muchos y siguen caminos que les quitan la libertad, la salud y les dan a cambio una imagen de prosperidad. Otros, siguen “lo feíto” y hacen grandes fortunas.

Por imagen, solo estoy dispuesto a gastar dinero. Durante mucho tiempo viví la ilusión del éxito basado en mi oficina y lo que los demás pensaban de mi. Hoy ya no me importa. Busco las oportunidades hasta en los botes de basura, mientras mis deudas bajan y mi cuenta de banco va en aumento. Cuando termine de encaminar todos mis negocios, podré comprar la imagen que yo quiera. Esa es una de las grandes ventajas del dinero. Y no falta mucho para eso.

Así que puedes seguir buscando lo que te de satisfacción ante tu grupo y que todos te aplaudan. Yo voy a buscar mi siguiente pera roída. Así como el colibrí, prefiero una gran oportunidad con mala imagen, que una jaula con grandes ventanas para darle gusto a quienes, a pesar de todo, terminarán hablando mal de mi. ¿Que prefieres tú?

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