martes, 28 de julio de 2009

¿Buscas la Libertad o solo el Dinero?

"El conquistador por cuidar su conquista
Se convierte en esclavo de lo que conquistó.
Es decir que jodiendo, se jodió."
Alberto Cortéz y Facundo Cabral, “Lo Cortéz no quita lo Cabral”

Ser libre es una de las grandes aspiraciones del ser humano. Desde que somos niños queremos libertad para hacer cosas, especialmente para las que no nos dan permiso. Conforme vamos creciendo seguimos con este deseo interno de libertad y, eventualmente, nos damos cuenta de que el dinero es parte importante de esa libertad.

Sí, ya se... el dinero no tiene nada que ver con la felicidad, pero la realidad es que sí. Si tuviera el suficiente dinero para no tener que venir a trabajar, podría hacer lo que más me gusta. Si no tuviera que pagar deudas, podría comprarme lo que quiero. Si no necesitara dinero para vivir, no tendría que aguantar mi trabajo. Todas estas son quejas habituales de mucha gente y, aunque no lo parezca, tener dinero realmente puede ayudar bastante.

Sin embargo, en esta entrada quiero ver el lado contrario; el estado de práctica esclavitud al que llega el hombre en pos del dinero e, irónicamente, de la libertad. No deja de ser triste ver como acaban muchas personas, realmente podridas en dinero pero sin nada que esperar de la vida.

Recuerdo una ocasión en la que fuimos a terminar un proyecto de una semana en un puerto. El director de la empresa, una persona bastante amargosita, estuvo con nosotros toda la semana, ya que era una entrega muy importante y debía supervisar que todo estuviera bien, además de negociar varias cosas. Como teníamos todo listo, terminamos un día antes. En vez de regresarnos, el jefe decidió que nos quedáramos un día en la playa, como recompensa. El también se quedó, ya que había planeado todo para estar la semana completa.

Fue la única vez que vi al director sin el ceño fruncido. Nos prestaron una guitarra y estuvimos tocando; yo no sabía que el tocaba y pasamos una tarde realmente agradable. Era realmente extraño ver su emoción al tocar. Quedamos que teníamos que repetir eso cuanto antes.

Hace años que no trabajo ahí. Estuve durante casi 4 años y nunca se hizo la famosa “tocada”; el jefe nunca tuvo tiempo. Tiene dinero, tiene una empresa, pero realmente, más que el director, es el súbdito de lo que ha creado, trabajando 14 o 16 horas diarias, incluidos fines de semana. ¿Caso extremo? Tal vez.

El punto es que, en tu búsqueda del dinero y la “libertad”, nunca olvides la última. Ganar dinero puede ser agradable por el estatus y las cosas que puedes comprar, pero he estado trabajando en lugares que realmente he odiado y no he podido dejar por el dinero. Afortunadamente, eso va cambiando. Con los ingresos extra que hago por Internet, me he permitido un poco más de relajación y podré pronto tener más libertad de la que he tenido nunca.

¿Que caso tiene “matarte” trabajando por dinero? Probablemente es lo que haces ahora. Y no por mucho dinero, que es lo peor. Pero si trabajas de manera inteligente y cambias lo que tienes que cambiar, puedes lograr grandes avances sin dejar de lado tu libertad. Puedes esclavizarte un rato con tal de salir del hoyo, pero nunca olvides que, quien podrá realmente dejarte en prisión por siempre, eres tú.



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