sábado, 25 de julio de 2009

¿Realmente TODO es tan Malo?

“Te han tenido tanto tiempo buscado fallas
que ahora es todo lo que ves...”
Jerome Freeman, “Gattaca”

Parece que una de las constantes con la gente es ver el lado negativo de las cosas. Cuando hay reuniones, las conversaciones más larga e, irónicamente, las más animadas, son las que tienen que ver con lo mal que están las cosas.

Tengo amigos que pueden escribir prácticamente un libro acerca de lo mal que está la política, de lo mal que se maneja el gobierno y como están llevando la economía al caño. Tengo amigas que pueden hablar durante horas acerca de los malos ex novios y ex maridos, de como “todos los hombres son iguales” y que estaríamos mejor si hubiera puras mujeres.

Al parecer somos muy buenos para analizar y resolver problemas. Es una de las grandes habilidades de los seres humanos y que nos ha llevado a conquistar el mundo. Sin embargo, también parece haber acabado con la mayoría del optimismo que podemos tener.

La razón de esto es que, independientemente de que grupo de amigos se trate, en cuanto alguien se emociona por lo bueno y positivo que es algo, la gran mayoría le dice que ya se case o algo así. El sarcasmo es algo que sale solo y le quita las ganas de seguir hablando.

¿Porqué es tan fácil hablar de problemas y cosas malas? ¿Porqué una conversación positiva y optimista es tan rara? No sé. Lo que sí se es que no es necesario estar viendo el vaso medio vacío por siempre. Si crees que las cosas siempre han sido así, recuerda cuando tenías 5 o 6 años. Los niños ven todo color de rosa. No importa que parezca imposible, siempre creen que pueden hacerlo. Aunque eso los lleva a situaciones bastante chistosas y algunas peligrosas, el punto es que no se detienen ante el desanimo.

Quieren ir a pescar aunque esté lloviendo. Quieren salir a jugar al parque aunque el sol este cayendo a plomo sobre todo. Bueno, son niños, podrás decir. Sin embargo, hay otras ocasiones en que esto pasa y es con los novios.

Están tan acaramelados y se dicen tantas cosas chabacanas que hasta dan náuseas; sin embargo, si le preguntas a cualquiera de ellos cuando van a botar al otro, te dirán nunca y que su amor es para siempre.

¿Será? No sé, pero ellos así lo piensan. ¿Porqué no tener ese optimismo para otras cosas? Así que cuando estés a punto de quejarte de que todo está mal, recuerda tu primer pareja o tu niñez. Si en ese tiempo podías ser optimista, no hay razón para que no puedas hacerlo de nuevo. Trata de ver las cosas con un poco más de optimismo y, quien sabe, igual y empiezan a salir.


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