En la vida siempre hay cosas que no nos gustan. Ir a trabajar todos los días, levantarse temprano, comer verduras o sacar la basura no son cosas que hacen bailar a la gente de gusto, al menos no a todas.
Conforme vamos creciendo llegamos a un punto en que podemos acomodar las cosas que no nos gustan con las que podemos sí, con un montón de actividades intermedias que no nos afectan.
Dentro de este cúmulo de cosas hay que alcanzar el éxito en lo que sea que queremos lograr.
Al pasar el tiempo puedes ver que hay personas que logran grandes cosas y a veces te preguntas cómo es que para ellos todo funciona.
La respuesta es relativamente simple: dan un paso más.
Si hay que llegar hasta una línea de meta, ellos avanzan más allá. Si hay que subir al piso diez, ellos llegan hasta el once.
Terminan solo un reporte más, solo un producto más, solo una llamada más.
¿Cuántas veces te has quedado a nada de la meta? ¿Cuántas veces has visto que, de haber avanzado solo un poquito más hubieras logrado la diferencia?
Si eres de las personas que solo llegan hasta donde tienen que llegar, éste es el momento de dar ese paso adicional.
No te mates trabajando, no te quedes sin dormir, no dejes todo lo que haces. Solo da un paso más. Uno solo, porque si no te cansas.
Ese paso, por pequeño que sea, siempre te pondrá delante de todos los que no lo den. Y, con el tiempo, te acostumbrarás no solo a dar un paso sino dos y hasta tres.
Con esa dinámica, serás muy difícil de alcanzar, incluso por aquellos que estén dando un paso más.
Llegar al éxito requiere de muchos pasos y, por cada paso adicional que des, llegarás más rápido. Esto no es solo un simple deseo: es matemática simple.
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