miércoles, 8 de abril de 2009

Mas Vale Maña...

Hoy fui a un parque con mis hijos y les aposté que les ganaba a subir y bajar una escalera. Después de ganarles una y otra vez, aposté también con mi sobrina, que tiene casi la mitad de mi edad. Tampoco pudo conmigo. Claro que terminé echando los pulmones por la boca, pero de todos modos les gané.

Después de burlarme un poco de que no pudieron ganarle a un anciano y ver que “ya no los hacen como antes”, me puse a ver como pude contra gente joven en algo físico en lo que, se supone, debería haberme ganado sin ningún problema.

Aquí el punto es el siguiente: ellos perdieron pero no se cansaron. Yo gané, pero necesité un tiempo para recuperarme. Así que la juventud puede hacer las cosas una y otra vez. Tal vez les salgan mal, pero tienen la energía y el optimismo para hacerlo de nuevo. Los que andamos arañando los 40 tal vez no tengamos esa misma energía, pero tenemos un montón de “equipaje” en conocimientos y experiencias, útiles e inútiles.

Así que los muchachitos pueden aprovechar su energía para hacer muchas cosas sin cansarse, aún cuando no estén perfectas. Los viejitos podemos aprovechar la experiencia y trabajar con eficiencia. Como verás, ambos tenemos una ventaja y una desventaja, de hecho, son complementarias, si es que nos podemos entender para trabajar en equipo.

Cuando estás queriendo hacer un negocio en Internet, vas a necesitar hacer muchas cosas. Hay algunas que son fáciles y requieren energía y otras que son más complejas y requieren experiencia.

A menos que no tengas familia, puedes aprovechar esa experiencia y energía para poder construir tu negocio. No necesitan creer en ti ni en tus deseos de ser independiente; simplemente tener un interés común contigo.

Cuando haces un negocio en línea, vas a necesitar más conocimiento que otra cosa. Aprovecha la experiencia de los viejitos, si los tienes cerca, y la energía de los más jóvenes, si quieren ayudarte. Esto no necesariamente debe ser un camino solitario.

Crear un negocio normalmente requiere de la ayuda de varias personas, ya sea por gusto o por dinero. Si tu presupuesto es limitado, aprovecha la experiencia de los que son cercanos a ti. Hay muchos que saben más de contabilidad, leyes, pesca o tejido que tú y pueden ayudarte para aterrizar tus ideas.

Cuando tienes la cabeza llena de sueños y nubes blancas, es necesario convertirlas en algo que puedas tocar. Te sorprenderá la gran cantidad de formas de lograr tus sueños que te pueden dar tus abuelos, padres, tíos y demás, si solo se los pides.

Lo mejor de todo es que, quien tiene más experiencia que tú, estará feliz de ayudarte. No solo porque te puede apantallar con sus conocimientos, sino porque, si es familiar o amigo cercano, seguramente quiere que te vaya bien.

“Mas vale maña que fuerza” dice el dicho. Aprovecha la maña de otros, si todavía no tienes la tuya. No te preocupes, la juventud se cura con el tiempo, pero más vale que vayas aprendiendo tus mañas desde ahora; te serán muy útiles más adelante.


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