domingo, 19 de abril de 2009

¿Te Atreves?

Hace un rato estaba viendo la película “Yes Man”. Aunque no voy a decir que es la pieza de cinematografía más importante que he visto en mi vida, presenta un caso en el que están más personas de lo que crees.

Jim Carrey interpreta a un tipo que siempre decía que no a todo. Aunque no tiene caso ponerme a ver las circunstancias del personaje, no dejé de pensar en mucha gente que he conocido en mi vida. Y muchos estaban así.

Oportunidades siempre se nos van a presentar. La vida está llena de ellas, desde pequeñas mensadas hasta grandes cosas. Y sin embargo, o nos negamos a verlas o las dejamos pasar porque “no es el mejor momento”.

¿Cuándo fue la última vez que te atreviste a hacer algo que implicara un poco de riesgo? Y no me refiero a riesgo monetario. Todos nos arriesgamos cuando hacemos cosas, ya sea a perder dinero o a hacer el ridículo.

Si quieres ganar dinero en un negocio propio, no solo arriesgas tu dinero; también tienes a los muchos que tratarán de disuadirte porque tu idea es tonta o porque no tienes la preparación para llevar a cabo lo que tienes pensado.

Y lo triste es que mucha gente no entrará en un negocio o no se arriesgará a algo solo porque un grupo de “los demás” la convence de que “no se meta en eso”.

La gran mayoría lo hará solo para no tener que ver personas diciendo “te lo dije”. El miedo al ridículo es uno de los tantos miedos que no compartimos con los animales. Y eso no nos hace mejores. De hecho nos hace detenernos.

Así que si quieres ganar dinero, ser independiente o subir más en la escala corporativa, antes de preguntarte si puedes o no, la pregunta es ¿te atreves? ¿No te va a dar pena, miedo o remordimiento?

Porque eso es el obstáculo más grande que vas a enfrentar. No la situación económica, ni la guerra ni el gobierno ni las conspiraciones corporativas. Vas a enfrentar, al verte en el espejo, todas las dudas y “segundos pensamientos” de lo que te dirán, de lo que leerás y de los que verás.

Antes de que pienses en dejar el barco, asegúrate de tener las cartas sobre la mesa y la información necesaria para tomar una decisión. Empezar requiere más agallas que otra cosa. Claro que no hay que irse con lo primero, pero aprende a decir que sí a las oportunidades.

¿Quién sabe? A lo mejor su ticket de salida está en la oportunidad que te niegas a aceptar. A fin de cuentas, la única persona que puedes cambiar eres tú. Todo lo demás está fuera de tu control, con esa única excepción.

No digas que “sí” sin pensar, pero tampoco digas que “no” con tanta ligereza. Dale una pensada y, si se ven las cosas bien, atrévete. Solo así sabrás si la vas a hacer o no.


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