martes, 28 de abril de 2009

Si Dios Quiere... ¿Y Si No Quiere?

Hoy, aprovechando la epidemia, fui a comprar la despensa para aprovechar la mañana. Traer tapaboca es toda una odisea, especialmente si no tienes la costumbre de utilizarlo. Pero bueno, la influenza no es algo para tomarse a la ligera, especialmente cuando viene de un puerco. Irónicamente, todo mundo dice que el puerco solo te mata cuando te lo comes, pero parece que su venganza llega a mucho más.

Cabe mencionar que no tenía idea de que escribir hoy, pero en la tienda escuché, varias veces, algo de lo que vale la pena escribir. Después de la rociada de Lysol antes de entrar a la casa y pensar como ponerlo, ahí va:

Escuché a varias personas mencionar los eventos malos que han pasado este año. Entre la crisis, el calentamiento global, la epidemia de influenza, los malos candidatos a la política y las copias de programas extranjeros, todo mundo está entre el pesimismo y la esperanza. Y lo que siempre surge de todos es la frase “Si Dios quiere…” Y solo puedo pensar: ¿Y si no quiere? Es común que mucha gente, especialmente en México, considere que Dios es quién va a decidir lo que pasa y lo que no. Existe un dicho, no se si sea de aquí: “El hombre propone y Dios dispone”.

No se como andes de religión y respeto la posición de todas las personas a este respecto. Simplemente, no creo que Dios esté sentado en una nube viendo que quieres hacer para después decidir si te va a dar la oportunidad o no. Eso pondría a Dios como una entidad con un humor sumamente negro.

“Misteriosos son los caminos del Señor” diría el cura; sin embargo, más misterioso es el hecho de que tanta gente deje por completo las cosas al azar, contando con que Dios va a decir si se hacen o no. Aquí no estoy hablando por hablar; lo he visto durante años. Pensar que el destino está escrito nos pone en una posición de peones. Aún cuando el ajedrez pueda ser muy complejo, solo puedes hacer cierto número de jugadas. Sin embargo el mundo está lleno de posibilidades y éstas sí son infinitas.

Así que si estás pensando en si Dios va a querer, mejor piensa en lo que puedas hacer. No se que sea Dios, pero creo saber lo que no es, y no es un tipo esperando que le digas que vas a hacer para ver si te da permiso.

Durante toda mi vida he visto que la gran mayoría de la gente consigue lo que quiere trabajando para ello. Está motivada. Sabe lo que quiere. Y, lo más importante, no se deja caer porque las cosas salen mal o porque “Dios sabe porqué hace las cosas”.

Hay que dejar a Dios en el cielo y a empezar a ver las cosas como realmente son. Hay mil cosas que no vas a poder modificar sin importar lo que hagas. Creo que la mejor oración que he escuchado es la de:

"Dame fuerza para cambiar las cosas que puedo, resignación para aceptar las que no y sabiduría para distinguirlas"

La gente que logra las cosas lo hace con su actitud. Resignación hay que tener cuando te mueras, los niños prefieran la televisión a leer libros y la comida que sabe rico engorde. Hay cosas que no podrás cambiar. Pero todo lo demás, es cuestión de tu actitud.

Lo que pase en el cielo, o a donde sea que vayas a ir, es cuestión de Dios. Lo demás, más vale que estés trabajando para conseguirlo.


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