lunes, 31 de agosto de 2009

Duérmete con tus Sueños en Mente

¿Has pensado en ganar dinero alguna vez? Si eres como la gran mayoría de nosotros, supongo que lo piensas todo el tiempo. ¿En ganar un concurso de alguna de tus habilidades? A menos que seas de los ermitaños que no quieren que nadie los vea, seguramente has pensado, aunque sea internamente, que te gustaría estar en el podio y que todos te aplaudieran.

Este tipo de pensamientos te pueden seguir todo el día. Especialmente en el asunto del dinero, cuando quieres tener más, piensas mucho en como te ayudaría tener dinero para ciertas cosas. Si el carro no enciende, piensas que, si tuvieras dinero, podrías arreglarlo o comprarte uno nuevo. Si te llega una cuenta por pagar, piensas que ya la habrías pagado si ganaras más.

Esto pasa durante todo el día, todos los días y, casi siempre, de manera negativa. Siempre piensas en lo que NO TIENES y es normal; cuando te llega el estado de cuenta de la tarjeta de crédito y no tienes con que pagar el mínimo, difícilmente vas a poder pensar en otra cosa.

Sin embargo, hay un momento en que puedes controlar tus pensamientos y es antes de irte a dormir. Y aún así, sigues pensando en todo lo malo que te pasó durante el día y como se habría solucionado si tuvieras más dinero para arreglar el auto, pagar esas deudas o invitar a tu pareja a algo más que el cine y unos tacos.

Convierte tus sueños en un reto, no solo en una esperanza

Así como tu cerebro puede reaccionar a todo lo malo que ves durante el día, también puede reaccionar a lo bueno antes de que te duermas. Tu cerebro no se apaga; simplemente reduce tu actividad conciente y sigue dando lata con el subconsciente. Durante la noche, el cerebro hace algo de procesamiento y piensa en lo más relevante que tenías en mente.

¿Quieres ganar más dinero? ¿Quieres bailar mejor? ¿Quieres encontrar las palabras adecuadas para decirle a alguien que te trae de un ala? Antes de dormir, piensa en eso. Pregúntate como le harías. Has que tu mente se concentre en todo lo bueno que puede salir de “eso” que quieres y que ahora no tienes. Conviértelo en un reto, no solo en una esperanza vana.

Mientras duermes, tu cerebro pensará en eso. La ardilla que le da vuelta a la rueda que hace funcionar tu cabeza se la pasará corriendo y pensado como hacer lo último que dijiste. No es esperanza, no es rollo barato ni vudú: así funciona tu cabeza.

Todos los días le dices a tu cabeza que “hoy fue un mal día porque no tengo dinero o no tengo pareja o no bailo bien”. La ardilla piensa “OK, tuvo un mal día” y se duerme ya que no tiene nada más interesante que hacer, a menos que no tenga sueño y te ponga a soñar que te corretean o que amaneces sin ropa en un salón lleno de gente.

Cada que te vayas a dormir no pienses en lo malo que te ha pasado y como lo solucionarías con lo que deseas: piensa en lo bueno que tendrás cuando llegues a tu meta y pregúntale a la ardilla COMO HACERLO. Así estarás trabajando mientras duermes y, aunque tal vez no despiertes con una solución, probablemente despertarás con un camino.

Desear algo no solo es algo consciente. También lo puedes meter a tu cabeza, así como le metes miedo, vergüenza y salación. Puedes no tener control sobre muchas cosas, pero bien puedes aprender a controlar tu cabeza. A fin de cuentas, es tuya.

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