lunes, 1 de junio de 2009

Ya Lo Pasado, Pasado… ¡Sí Me Interesa!

Una de las cosas que siempre escucharás de los psicólogos es que dejes el pasado atrás. A fin de cuentas, si ya pasó, debes seguir adelante. Aunque esta es una buena opción, se puede tomar muy literalmente.

Vivir siempre con el pasado es bastante pesado. Como seres imperfectos, con cada año que pasa acumulamos errores, malas decisiones y sonseras. El pensar que con el tiempo eso va a parar es un poco ingenuo; de hecho, es probable que cometas más errores, aunque no tan graves y no por las mismas cosas.

He conocido mucha gente que prácticamente vive del pasado. No pasa un día sin que se quejen de que “ya no es como antes” y que solo piensen en “los buenos tiempos”. Otros viven sacando rencores y errores de otras personas para justificar cualquier cosa que pase, aunque no tenga nada que ver, al menos directamente, con lo que esté sucediendo.

Vivir así es prácticamente esperar la muerte. ¿De que te sirve tener un futuro por delante si solo piensas en lo que fue? No puedes avanzar si no te dejas hacerlo. Aunque a veces el pasado te persigue, como cuando te metieron al bote o dejaste un hijo por ahí, la gran mayoría de las veces tú dejas al pasado que te controle. Y eso no es nada bueno.

No dejes que el pasado te frene, pero utilízalo para acelerar

Pero, ¿qué pasa cuando simplemente olvidas el pasado? Aunque no nos guste, gran parte de lo que somos viene de nuestra herencia. Lo que somos hoy es resultado de todo lo que hemos hecho. Eso nos ata al pasado, pero tampoco tiene que ser un ancla; nuestro pasado puede ser glorioso o malo, pero tampoco es lo que somos.

¿Entonces? Como dice la canción: “Ni poco ni demasiado, todo es cuestión de medida”. Aunque hay cosas de las que no me siento orgulloso acerca de mi pasado, también hay raíces que no pienso cortar. Muchas de las actitudes y acciones que hago ahora, vienen directamente de mi pasado.

Cuento con la sabiduría, mucha o poca, que he obtenido a lo largo de mi vida, pero sigo viendo que más puedo aprender. Mantengo mi mente abierta para ver que más puedo ir acumulando en mi maleta del “pasado”. No olvido todo, pero tampoco cargo con todo.

De tu pasado, toma lo que sirve, bueno y malo, y sigue adelante. No es bueno dejar nuestra vida atrás, a menos que de veras apeste; hay que tomar lo que ayuda y quitar lo estorba. No te preocupes; tú identificarás que sirve y que no, si pones atención.

No dejes que el pasado te frene, pero utilízalo para acelerar.


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