sábado, 9 de mayo de 2009

La Voluntad Lo Es Todo

Cuando inicias un negocio, siempre lo haces pensando que vas a ganar. Ese optimismo es lo que hace que hagamos un montón de cosas, desde las útiles que generan progreso hasta las peores tonterías. Sin embargo, el optimismo es tan efímero como el sabor de un helado de café con chocolate; desaparece cuando pruebas otra cosa.

Hacer un negocio o tratar de ganar dinero de otra forma siempre te dará varias sensaciones, algunas buenas y otras no tanto; ¿quién disfruta la frustración? Sin embargo, las cosas negativas son las que pueden acabar con cualquier negocio o actividad, incluso antes de que empiece.

No es cuestión de entrenamiento; la voluntad lo es todo

Muchos de los fracasos que existen en los negocios están justificados en la falta de conocimiento, la falta de dinero o la falta de cualquier otra cosa. Aunque no puedes decir que no son factores importantes, hay uno que es más importante todavía y es la voluntad. En todos las historias de personas exitosas que empezaron desde abajo, no es cuestión de entrenamiento; es cuestión de voluntad. No hay uno solo que diga que fue por su entrenamiento o suerte.

Cuando las cosas se ponen feas, hay que sacar la voluntad de acero, no es entrenamiento o el dinero. Claro que tener los recursos siempre será mejor, pero si tu voluntad es más fuerte que tus contrariedades, encontrarás la manera.

Cualquier entrenador deportivo te puede decir que, si un deportista no tiene la voluntad de ganar, no importa que tan bueno sea; la batalla está perdida desde antes de empezar. Muchos se lo achacan al karma o a los designios de su Dios, pero la realidad es que es algo más humano que nada.

Cuando te emocionas por algo, tu cuerpo reacciona. Te podría echar un choro mareador de cómo las distintas hormonas te afectan pero no es el punto; el punto es que tu cuerpo funciona de otra manera. La emoción te hace pensar más rápido, imaginar más cosas y pone tu cuerpo en actividad.

El enojo es más útil que la desesperación

Mi papá (qepd) solía enojarse con los problemas. En una ocasión me comentó que, cuando tenía un problema, se enojaba con el hasta que lo resolvía. Y tuvo éxito la mayoría de las veces. Como dijo el Arnold en Terminator 3: “El enojo es más útil que la desesperación”. Claro que enojarse con las cosas te genera mucho estrés. Tal vez eso ayudo a que mi papá hiciera el último viaje unos años antes. Hay muchas formas de enfrentar los problemas, sobre todo cuando los ves como retos y no como calamidades.

Aún así, prepárate para los problemas con unas simples ideas:

Haz un plan. Da flojera, pero tiene un valor incalculable. Cuando tienes broncas y ya sabes que hacer, solo falta hacerlo. Cuando no tienes nada, reaccionar cuesta, en tiempo, dinero y estrés.

Piensa con objetividad. Muchas veces vemos las cosas de manera visceral, en vez de pensarlas. Cuando pasan muchas cosas feas, hay quien tiende a decir “ya valió sorbete” y manda todo por un tubo. Deja los pensamientos negativos y ve las cosas desde una perspectiva objetiva. Verás que tal vez las cosas no están tan mal y, si lo están, podrás desarrollar una estrategia para enfrentarlas.

No te abrumes. Mucha gente ve las cosas en conjunto y se apabulla con lo que hay que hacer. Ve las cosas una por una y en pequeñas secciones. Un problema grande, muchas veces, se compone de varios problemas pequeños, con los que puedes lidiar.

No es cuestión de entrenamiento, dinero o suerte. Hacer negocios y buscar tu independencia es cuestión de voluntad. ¿Qué tal está la tuya?

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