viernes, 1 de mayo de 2009

¡Que Cansancio!

Esta es una de las excusas que más utilizas para las cosas que no te importan o que no quieres hacer. El cansancio no es solamente físico. También tenemos un cansancio emocional que se le parece bastante.

Cuando estás en depresión, normalmente el cansancio se hace parte de ti. Todo parece muy difícil y solo arrastrar los pies es mucho esfuerzo. Aunque a veces son las desveladas, las fiestas, el ejercicio y otras cosas, la realidad es que muchas otras no tienen nada que ver.

Y no creas que solo te pasa a ti. Es natural. El cuerpo humano reacciona hacia las tareas desagradables con evasión, y el dormir es una manera de evadir. Todo lo que te molesta, te da miedo, te da asco o flojera, también te da un cansancio infinito.

¿Alguna vez has escuchado del famoso “segundo aire”? Cuando un corredor de fondo siente que las piernas ya no responden y que el pecho le va a estallar, de pronto llega el segundo aire y siente la energía que estaba faltando para poder seguir en la carrera.

Si, aparte de eso, tiene la meta a la vista, el cansancio desaparece y la voluntad de seguir hace que se sienta con toda la energía para ganar. Aunque no puedo decir que esto sea único para los humanos, según un libro que leí hace tiempo, los camellos no son así. Cuando a un camello ya llegó al límite del cansancio, es como un automóvil que se queda sin gasolina. Aún cuando el oasis se vea cerca, ya no pueden seguir.

Como seres humanos, tenemos una capacidad increíble para aguantar muchas cosas. Seguramente has vito personas hacer cosas increíbles por salvar a un familiar o para lograr algo que realmente quiere. Y lo más seguro es que también lo has hecho tú.

Por ejemplo, cuando vas a trabajar o a la escuela todos los días, muy seguramente llegas con ganas de tirarte en la cama y no volver al otro día. Todos los días. Excepto uno y es el viernes. No pasa nada en particular, es un día como cualquier otro, pero el simple hecho de que vas a irte al antro y que no trabajarás al siguiente día hacen que todo cambie.

El cuerpo humano puede aguantar más de un mes sin comida y una semana sin agua. Y sin embargo, por unas cuantas horas de hacer cosas, el cansancio llega como piedra, a menos tu voluntad sea más fuerte. Si quieres ganar dinero o aumentar tu negocio, tu voluntad debe ser más fuerte que tu cansancio.

Acéptalo, los seres humanos (y todo en la tierra de hecho) somos fanáticos del camino fácil. Si te dieran a escoger, elegirías estarte divirtiendo continuamente o, al menos, descansar todo lo que quisieras. Como muchas veces dicen los papás, “si le pusieras tantas ganas al estudio como al juego, tendrías las mejores calificaciones”. Y lo peor es que, como en algunas cosas, tienen razón.

La voluntad terminará moviéndote o dejándote en el lugar en donde estás. ¿Qué tal está la tuya?

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